"De todos los países de América del Sur, Ecuador, y específicamente su Amazonía, parece haber estado siempre ahí, Aunque el autor hizo un viaje que físicamente solo duró tres semanas (en julio de 2021), las vivió con una inusitada intensidad. Posiblemente porque apenas disponía de un mes para poder integrar vivencialmente un viaje que llevaba experimentado durante casi cuatro lustros. Quizás también porque fueron días de grandes contrastes. Días de compartir realidades sociales, culturales de salud, educativas o artísticas muy diversas. Días de reflexión. Días de admiración de lo natural, de lo amazónico. Días de belleza. Días de arte. Días de alegría, pobreza y dignidad. De contacto con gente muy especial. Fueron días de admirar el trabajo de tantas personas durante tantos años. De reconfigurar lo aspiracional. E incluso de repensar el sentido de lo humano.
Todas estas vivencias bullían en su interior y necesitaba encontrar una válvula de escape para organizar y arreglar todas las emociones allí vividas. Todo ello le llevó a escribir un libro que, aunque va a hablar de religiosos, carece de un enfoque religioso. Lo que el autor pretende fundamentalmente con esta obra es brindar un homenaje humano al legado de los capuchinos y su entorno, especialmente a quienes, de una u otra forma, han trabajado o siguen haciendo en la misión de Aguarico.
Y de ellos y ellas, y de su actividad en Ecuador va este libro."