En la práctica cotidiana de la medicina un buen número de procedimientos que requieren de la intervención del anestesiólogo han salido del quirófano. Este proceso representa un gran reto y responsabilidad debido a que se debe brindar al enfermo una atención segura y de calidad en ambientes que ex professo no fueron diseñados con la infraestructura necesaria para practicar un procedimiento anestésico. Afortunadamente, por exigencias propias del gremio y la normatividad vigente, las instituciones se han concientizado, y día a día un mayor número de ellas han adecuado áreas hospitalarias en donde se realizan procedimientos invasivos, con el equipamiento necesario para practicar una anestesia segura.