«Visitar Rumanía significa vagar por valles y colinas en busca de joyas raras. Es difícil no maravillarse ante la vista de los famosos monasterios de Bucovina, en Moldavia, con sus coloridos frescos.»
Rumanía, un destino no muy conocido en los confines de Europa, le reserva muchas sorpresas y múltiples encantos. Sus elegantes y coloridas villas, heredadas de la Edad Media o de la Belle Époque, son inevitablemente seductoras, empezando por las ciudades medievales de Transilvania, como Sibiu, Sighi¿oara y Bräov, pero también Timi¿oara con sus aires vieneses u Oradea, una joya del modernismo. Sin olvidar Bucarest, la desconcertante capital, marcada por el comunismo y sin embargo hermosa, impetuosa. Los Cárpatos y el delta del Danubio ofrecen paisajes espectaculares, en los que florece una de las más ricas faunas salvajes del continente, en el corazón de una naturaleza cuidada. La campiña, animada y bucólica, es fascinante, con sus brillantes colinas verdes salpicadas de pacas de heno y sus pueblos, que conservan sus tradiciones agrícolas y una forma de vida llena de generosidad.