Madrid en los despreocupados años ochenta. Rafael es el chófer de un contratista de obras, un nuevo rico con una veta ligeramente mafiosa. Pero Rafael no está contento con su suerte y considera que se merece algo mejor. Además, no consigue apartar de sus pensamientos la idea de redimir a la amiguita de su jefe, Diana.
Roma, veinte años después. El antiguo chófer se ha convertido en un muerto en vida sin esperanzas ni sueños. De pronto su monotonía gris de borracho se ve interrumpida por la aparición de una nueva Diana extrañamente parecida a la causante de su antigua obsesión. ¿Quién es? ¿Qué quiere de él? ¿Por qué insiste en desenterrar un pasado marcado por la tragedia? Alternando el presente romano y el pasado madrileño en la narración, ambos convergen en un rompecabezas en el que acaban por encajar todas las piezas.