El Palo del Ahorcado es un árbol de eucalipto que nació y se arraigó en la cima de Cerro Seco en el barrio Potosí en Ciudad Bolívar, y se convirtió en símbolo local que recoge la memoria y la experiencia de vida de los y las habitantes de la localidad en el borde sur de la ciudad de Bogotá.
Este árbol, desde hace casi un siglo, es un elemento natural y cultural que ha sido dotado de gran valor simbólico. Enraíza el territorio con la memoria colectiva y las trayectorias de vida de miles de habitantes de la ciudad, en un rico tejido comunitario representado en relaciones de familiaridad y vecindad, así como con las prácticas asociadas a luchas sociales y ambientales de los habitantes del sur de la capital. En su conjunto, este entramado de relaciones le da vida y sentido a este árbol como un patrimonio para los habitantes de Ciudad Bolívar y de Bogotá.
Este libro es el resultado de la reflexión y el trabajo colaborativo entre integrantes de diversas organizaciones sociales de Ciudad Bolívar y el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC). A través de cuatro capítulos, cuya estructura se inspira en las partes del árbol (tierra, raíces, tronco y ramas), este libro busca sensibilizar a sus lectores sobre la importancia del Palo del Ahorcado como un referente de las luchas sociales y ambientales en Ciudad Bolívar, así como sobre su importancia como eje articulador de prácticas con un alto valor social y patrimonial.
Este ejercicio de escritura y organización colectiva de textos, relatos, imágenes y narrativas diversas sobre el Palo también se ve reflejado en el cuento Violeta echó raíces en la montaña, el cual complementa esta publicación y está dirigido al público infantil con el propósito de convertirse en una herramienta pedagógica que permita estimular en los más pequeños la curiosidad por el árbol del Ahorcado y aproximarlos a sus significados patrimoniales. Ambas publicaciones constituyen una experiencia única para el sello editorial del IDPC que le ha apuntado, de un lado, a visibilizar saberes y procesos de investigación local y, de otro, a reconocer comprensiones y valoraciones comunitarias sobre el patrimonio cultural de la ciudad dirigidas a diferentes públicos.