Este libro es a la vez memorias y crónica de lo escondido. En él, su autor levanta la cortina y deja ver lo que hay entre las bambalinas, cómo germinan y crecen las noticias que llegan al público ya formadas. Los jugadores no son el elemento central, sino el ingrediente imprescindible de una actualidad que debe ser contada y que se desvela entre rumores, medias frases y fuentes cultivadas durante años a las que se retribuye con lealtad y discreción. Así, Subiendo al balón habla de baloncesto, claro, pero también es reflejo de inquietud, de pasión y de vocación vividas día a día.