Presentar-Representar. Cuatro perspectivas en El fallecido ojo de vidrio tiene como punto de partida la necesidad de generar diálogos entre conceptos y contextos relacionados por la posmodernidad en el territorio de las artes escénicas y el teatro dramático y posdramático. Se experimenta a partir de múltiples preguntas sobre el actuante, los personajes, el drama, el texto y los profundos enigmas que genera la relación de la investigación-creación en el contexto del proceso de montaje teatral en la contemporaneidad.
En El fallecido ojo de vidrio se intenta corroborar si es factible la relación entre el término presentación, asociado directamente al teatro posdramático, y los argumentos del teatro en la construcción del personaje. Estas inquietudes se orientan a resolver el acto creativo teniendo en cuenta que existen métodos y técnicas que se preguntan por el espacio, el tiempo, la escenografía, los elementos de actuación, la sonoridad, el ritmo y sobre todo la participación del público-testigo, el cual es fundamental para la concreción de una puesta en escena en el presente.