A Carlos García le dicen en el periódico que su nombre es demasiado común. Por eso, cuando empieza a escribir las crónicas del FC Barcelona, firma como K. Tras la máscara del pseudónimo, el estudiante que soñaba con redacciones envueltas en humo y gritos a la hora del cierre inicia su prometedora carrera sin haber salido de la universidad. Pero los sueños pocas veces están hechos de material real. Entre estadios de fútbol, taponesde bolígrafo y habitaciones solitarias de hotel, K. se autoimpone una felicidad de la que nunca será dueño. El ascenso y la caída de un equipo legendario, la decrepitud de un oficio que solo encuentra refugio en los grandes titulares y unos periodistas que se esconden detrás de sus pantallas ambientan una crónica de crónicas en la que falta por descubrir el resultado final. Futbolistas, el periodismo o K. ¿Quién encajará la derrota definitiva?