INTRODUCCIÓN
El grupo de investigación Turismo y Sociedad y el programa de Maestría en Planificación y Gestión del Turismo de la Facultad de Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras de la Universidad Externado de Colombia se plantearon el reto de impulsar una reflexión amplia sobre el turismo de naturaleza en Colombia desde diversas disciplinas y ópticas. Para esto, se conformó un equipo de estudiantes de posgrado e investigadores académicos que aportaron sus conocimientos y experiencia profesional. Por lo tanto, este proyecto editorial integra a participantes de diversas instituciones, como la Universidad de Guadalajara (México) y el Instituto de Investigaciones de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt; incluyó asimismo a colaboradores de diversas facultades de la Universidad Externado, como son la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, y la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales.
En gran medida, este libro parte de una premisa básica: la relación entre el turismo y la naturaleza es, por lo menos, controversial.
Por una parte, por más de medio siglo, el turismo ha crecido de manera sostenida en todo el planeta: de unos pocos países y destinos turísticos visitados a mediados del siglo XX llegamos a la actualidad, donde es difícil identificar en cuáles países el turismo NO es un tema económicamente relevante. Antes de la pandemia de la COVID-19, el turismo llegó a aportar más del 10 % de la producción global de bienes y servicios. Para entender la dimensión de esta cifra, hay que saber que en 2019 el aporte del turismo superó la producción mundial agrícola o minera.
Por otra parte, la relación entre los seres humanos y la naturaleza se ha complicado progresivamente en este mismo tiempo. A lo largo de la segunda mitad del siglo XX transitamos un camino en el que la crisis ecológica fue negada, cuestionada, discutida y subestimada por diversos grupos políticos y económicos en casi todas las naciones y de forma sistemática. Sin embargo, en el siglo XXI, las tragedias ecológicas y ambientales -por ejemplo, unas elevadas tasas de extinción de la biodiversidad solo vistas en los procesos pasados de extinción masiva, entre muchos otros ejemplos posibles- han ofrecido evidencias difíciles de controvertir. Así las cosas, la pregunta tiende a dejar de ser si hay o no una crisis ecológica o si podemos detenerla, sino, más bien, cómo nos adaptamos a la crisis ecológica que hemos causado.