Relatos críticos me pareció, desde el primer momento, muy elocuente de esa posición que acepta que su trabajo crítico es apenas uno de los relatos posibles que puede hacerse sobre una obra de arquitectura. Muchas veces, la tarea del crítico -por su posición de distancia respecto del objeto de conocimiento y por los saberes que despliega- tiene la vaga impronta de una cierta soberbia, poseedora de la única verdad posible sobre el objeto. Así, cuando alguien contradice sus narrativas, uno espera ese tipo de respuesta y en esto, Jorge Mele nos vuelve a engañar; podemos creer que va a responder "si no le gustan estos relatos tengo otros" parafraseando el cuento del Groucho Marx. Pero no, allí es cuando Mele mismo se transforma en un enigma y no responde. Y uno se queda con la sensación de que sabe más, pero no lo dirá. J. Sarquis