Recientemente se ha problematizado el tema de la educación sexual en niños y adolescentes, menoscabando las precisiones de la jurisprudencia colombiana. Lo anterior es un retroceso, pues existe incertidumbre sobre lo que es correcto o pertinente enseñar. Se ha confundido igualmente a la población con propaganda política, sobre supuestos peligros de la educación sexual y se ha pretendido dejar ver este derecho humano, como un atentado contra la familia tradicional y los valores morales. Hay quienes sostienen que es un tema exclusivo de los hogares y que tan solo debería impartirse en su intimidad. Incluso en Colombia llegó a darse una controversia sobre una tal IDEOLOGÍA DE GÉNERO, de acuerdo a la cual, un niño o niña que recibiera educación sexual, corría el riesgo de volverse homosexual, al no decírsele que nació hombre o mujer. Las familias llegaron a escandalizarse lo suficiente como para que se dieran marchas de rechazo a nivel nacional, algunas con tintes homófobos. Facciones de derecha lideraron manifestaciones defendiendo los valores de la familia tradicional y condenando las cartillas de educación sexual impartidas por el M.E.N. como una apoteosis al movimiento LGBTI.