El reto de la Administración Pública es fomentar un desarrollo integrar delescenario de los acontecimientos sociales, a través de estrategias que son reflejadasen políticas publicas destinas a un ejercicio gubernamental. Con este enfoque, se correun riesgo y es el de confiar todo a un cambio en profundidad, a una transformación máso menos radical de la que se espera que produzca efectos prodigiosos, cambiando deraíz la función pública. Estos cambios en profundidad pecan de ser poco realistas, enprimer lugar porque rara vez se producen, y en segundo lugar, porque una vezproducidos no suelen brindar los efectos esperados, porque aterrizan sobre unarealidad social y cultural poco preparada para asimilar estos cambios, o bien porque lasrecetas diseñadas no se muestran tan apropiadas como en principio se pensaron.Dentro nuestras primeras preocupaciones por los asuntos de la administración pública,se viene escuchando, de modo recurrente, el discurso de la necesidad de reformarnuestra administración pública, que nuestro modelo de función pública está agotado yque precisa un cambio en profundidad, que ya no vale para las nuevas necesidadesque tiene planteada nuestra administración pública.