La presunción según la cual la poesía es un diálogo que tiene como fin expurgar ignotas regiones de la memoria, al tiempo que sitúa la palabra en el vago presente -constelación de tiempo próxima y huidiza, sujeta a la fugacidad de los cambios-, define al acto creador como el ejercicio de una incesante pesquisa, la construcción de un camino donde el poeta, con las voces del pasado, con las palabras que le dona el rudo acontecer de los días, ambiciona su identidad, manifiesta sus filiaciones, desnuda sus prejuicios, hace pública la dificultad. Arduo camino modelado en el oficio, labrado en el lenguaje, hecho en el denuedo, en la íntima convicción de acceder al milagro, ese extraño y efímero evento donde parece que el poeta se desdobla y su mano es pulsada por el otro, la entidad que tiene origen en el poema.
Con los pequeños hallazgos, frustraciones, ineludibles obstáculos, pero de todos modos, la devoción por el camino, a veces esquivo, de la creación, el profesorado de la Escuela de Estudios literarios ha querido ofrecer estos poemas con el propósito de establecer un diálogo entre colegas, más allá de los habituales encuentros institucionales, incitar una conversación renovada con los estudiantes y propiciar un intercambio crítico con el medio cultural de la región y del país.
Julián Malatesta