La actual vida en sociedad ha llevado a un creciente interés por la presencia del espacio público urbano en razón a la necesidad de tener en las ciudades áreas para la recreación, la educación y la convivencia. Nuestras ciudades, interesadas solo en la rentabilidad del suelo, producen arquitectura, pero desconocen la utilidad de concebir proyectos urbanos con una buena planificación de las áreas públicas basada en el respeto por los valores culturales y ambientales, que permiten en el diseño la calidad sensible necesaria para garantizar el desarrollo físico y emocional de las personas.