"Ya sé por qué la actuación no termina de ser una profesión para mí", medita la protagonista de La piel dura, esta desopilante y tenebrosa novela de Fernanda García Lao; y remata: "me entrego tanto que mi cuerpo no entiende si hay realidad o no". Asistimos, de esa manera, a una performance permanente, a una obra de teatro que también es un programa de televisión y una película clase B de terror, en los que Violeta, esta aspirante a actriz, busca su espacio vital en un mundo violento de falsedad, atiborrado de expresiones acartonadas, minado de injertos de piel, todos los cuales la forzarán a escoger entre su arte y el oficio más peligroso: la vida siempre confundida con la pesadilla.